Gracias a Yolanda Sáenz de Tejada y su último libro ¡Socorro! Quiero ser todas las mujeres que viven en mi (imprescindible en la mesilla de todas nosotras, mujeres volcanes del siglo XXI) leo a Adriana Kaplan que me descubre la mejor definición de comunicación, al menos la más útil, que hasta ahora he oído: «La comunicación es la capacidad que poseemos, desde que nacemos, para conseguir objetivos en cada una de las etapas de nuestra vida», por eso, y como ella sentencia, «comunicar es tan necesario como comer».
En el mismo capítulo del libro que confieso leo con lápiz para subrayar frases que no quiero olvidar, la coach experta en comunicación verbal y no verbal a la que Yolanda cede una de sus páginas, revela algunos de las claves para lograr ser una buena comunicadora: tener mucha vida y mucho vocabulario, entretener, olvidarnos del «Yo»… y sobre todo, sorprender.
A la lista de consejos con las que amplía el capítulo, como despertar la curiosidad del otro, humanizar el tema que tengamos que exponer o aprender el valor del silencio; la autora añade advertencias tan serias como no confundir el envío de e-mails y whatsapp con una verdadera comunicación o la importancia de relacionarnos con las personas que diariamente nos rodean, para evitar así la soledad e independencia actual, causante de «esta tristeza global que nos inunda».
» Comunicar es un juego, porque nosotras decidimos sacar las armas más poderosas y positivas que tenemos para conseguir nuestros objetivos». Yolanda Sáenz de Tejada
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